Un nuevo caso de Kerry Foster
La mayor parte de la historia la pensé en uno de mis últimos viajes en tren.
Estaba tan aburrida y tenía tan pocas ganas de viajar que solo me quedaba fantasear y plantearme cuestiones variopintas como: ¿sería posible que un ladrón robara algo muy valioso en un tren en marcha y se saliera con la suya?
Una buena oportunidad para rescatar a Kerry Foster, un personaje que A) se dedica a trabajar con cosas muy valiosas y B) tiende a verse envuelto en entuertos que no tiene más remedio que resolver
Creo que Kerry hubiera preferido que le dejara en paz, pero estoy segura de que al final hasta él mismo pasó un buen rato…
Sinopsis
Kerry Foster, el estudioso y tasador de obras de arte más cínico que ha pisado el Ojo de Halcón, se enfrenta a un largo y tedioso viaje en el que deberá custodiar Tarde en Viena, una célebre pintura recién adquirida por el millonario Robert Porter.
Por fortuna, el señor Bertie Edvard, secretario del señor Porter, es demasiado
torpe como para mantener el cuadro a salvo, y un pasajero oportunista lo hace
desaparecer.
Al menos ahora Kerry tiene algo con lo que entretenerse durante el viaje, pero todo en este caso es un misterio y su plan para recuperar Tarde en Viena no parece muy serio: beber vino en la cafetería, admirar el paisaje primaveral, charlar con señoritas sobre arte…
El tiempo se agota y el pobre señor Edvard está que le da un infarto, pero…
¿sería posible que Kerry supiera realmente lo que está haciendo?
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