Me pregunto si a veces no tomamos los referentes equivocados.
Si quiero ser una escritora exitosa, como Stephen King, por ejemplo, puede que me sienta inclinada a dejarme guiar por sus consejos y experiencias:
«Cuando encuentras algo en lo que tienes talento, lo haces hasta que tus dedos sangran o tus ojos están apunto de caer de tu cabeza.» (Stephen King)
¿Estamos seguros de que esto es lo mejor que alguien puede hacer con su talento? ¿Solo porque Stephen King lo diga?
También pasa cuando veo una película o un juego increíble. Me siento inspirada de repente, y me propongo hacer cosas creativas, y espero llegar a hacer algo parecido algún día. Pero la verdad es que las personas que hicieron ese juego o esa película trabajan y viven bajo unas circunstancias determinadas, diferentes a las mías (por ejemplo, probablemente tengan más experiencia, un sueldo mayor, etc.).
¿No sería más apropiado tomar como referente a alguien más cercano a mí, cuyas circunstancias sean parecidas a las mías, y que quizás no ha vendido un millón de libros, pero aún así hace cosas geniales? Quizás los referentes de los que más cosas útiles puedo aprender están más cerca de mí de lo que pensaba. Por ejemplo en el trabajo. O en mi familia.
Y todo sin necesidad de que me sangren los dedos.
Deja un comentario