Siempre vi la poesía como algo inaccesible y alejado de los géneros narrativos que yo conocía.
Por eso decidí asistir al taller de poesía que ha tenido lugar durante las últimas semanas en la librería Bartleby & Co. de Berlín.
Mediante el análisis y la escritura de textos de varios tipos la escritora Ana Llurba nos mostró cómo la poesía no tiene que entenderse como un género cerrado con pautas estilísticas estancas, sino como una calidad maleable al servicio de la expresión.
Aquí dejo un pdf con los ejercicios que hice durante el taller, y como destacado, esta adaptación del poema plantas marinas de Amy Lowell, donde trato de expandir el original para explorar cualidades sonoras.
Plantas marinas
Frío fresco de franela brrr qué frío.
Brama la brisa, la brisa que ruge sobre la risa que plisa la arena.
Y ondea las algas, ondas en Ontario, andando, andante, de mucho antes, se alargan, se extienden, ondas ondeantes.
Pero tic-tac-tengo-tanto-tiempo. Te vas? Ten-ta-ti-va-mente al menos. Tic-tac-toc. No-te-vayas to-da-vía. No digo nada todavía.
Solo el viento. Suave. Siseante. Suave y silencioso. Seguro que lo sabes. Pero luego golpeante. Violento. Me sien-to. Y lo siento. No miento.
Te siento.
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