Durante mis estudios en publicidad tuve la oportunidad de aprender algunos conceptos relacionados con diseño, percepción y composición visual. Como suele pasar, con el tiempo olvidé muchas cosas que no quería olvidar (y otras que sí), pero el simple gesto de prestar atención y conceptualizar esos procesos marcó la manera en que vería y produciría imágenes para siempre.
Entre las teorías que más recuerdo están las leyes de la organización perceptiva de la Gestalt, un repertorio de principios mediante los que esta escuela alemana demostró que percibimos los estímulos visuales como parte de un todo y según sus relaciones de similitud o diferencia con los elementos que los envuelven. Seguro que has oído alguna vez el axioma en el que se suele resumir este pensamiento:
En este post aprovecho para recordar, y para enseñar a los que no las conocíais, las principales normas de organización perceptiva de esta escuela, eso sí, ilustradas mediante gatos, que como todo el mundo sabe, es como mejor se aprenden las cosas hoy en día.
1. Fondo-figura
Esta ley defiende que el cerebro no puede interpretar un objeto como figura y fondo a la vez.
2. Semejanza
Tendemos a asociar los estímulos semejantes agrupándolos como integrantes de una misma figura (aunque en realidad no sean iguales).
3. Proximidad
Nuestro cerebro agrupa elementos basándose en la distancia que los separa.
4. Buena forma o pregnancia
El cerebro ve las formas de la manera más regular, simple, simétrica y ordenadamente posible, eliminando de la conciencia las irregularidades.
5. Cierre o clausura
El cerebro tiende a completar las imágenes inacabadas.
6. Destino común
Los elementos que se mueven en la misma dirección y velocidad se perciben como una misma unidad.
7. Continuidad
Todos los estímulos que guardan entre sí una continuidad se perciben como formando una unidad. Aunque varias formas se crucen o queden ocultas unas tras otras, nuestro cerebro intenta separarlas.
Y hasta aquí las leyes básicas de la Gestalt. El mundo está lleno de anuncios, portadas de libros y otros formatos que las aplican de manera más o menos explícita. Si analizas tu propio proceso perceptivo fijándote en algunos de estos ejemplos, acabarás interiorizándolas y formándote una mirada más crítica. Conocer cómo el cerebro procesa las imágenes también te permitirá organizar tus diseños y composiciones gráficas para que sean más armónicos (o todo lo contrario).
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